– Marcha bípeda Es el primer carácter que apareció en el proceso de hominización por influencia del cambio climático, que pasa de ser de selva a sabana, había que caminar erguido para cruzar las altas hierbas y las zonas pantanosas. Esta forma de marcha implica grandes cambios en el esqueleto: Las extremidades inferiores se alargan y el pie se hace plantígrado (se apoya toda la planta). El dedo gordo se sitúa en el mismo plano que los otros cuatro dedos. Las extremidades superiores se acortan y quedan libres, favorece la manipulación de objetos y desarrolla la pinza del pulgar El cráneo se inserta por su base en la columna, la cual quiere formar ese para soportar el peso. La pelvis se acorta y se robustece, lo cual permite una mayor sujeción de los músculos glúteos, necesarios para caminar erguido.El canal del parto se curva y se estrecha.
– Aumento de la capacidad craneal. Los homínidos tenían una capacidad craneal de 500 cm³ mientras que el de ahora es de 1400 cm³.
Nuestro cerebro tiene corteza cerebral donde radican las funciones de la conciencia e inteligencia y la voluntad. El cráneo sufre otros cambios por: La mandíbula hace menos saliente. Arcos superficiales menos marcados.El hueso frontal se desarrolla haciéndose más vertical, con lo que aparece la frente. Molares más pequeños lo que nos indica un cambio de alimentación. Pasa de herbívoro a omnívoro.
– Desarrollo del lenguaje. Nos permite trasmitir conocimientos y de la evolución cultural: El desarrollo progresivo del área de Broca: son una del cerebro relacionada con él habla que posibilitó el lenguaje. Los Homo ergaster y Homo heidelbergensis usaban el lenguaje pero de forma diferente. La modificación en la posición de la laringe, la cual en el género Homo ocupó una posición más baja en el resto los primates.
– El descubrimiento del fuego actuó como elemento de integración social.
– La prolongación del estreno duro de las crías. Este hecho produce un período de aprendizaje muy largo.